El secreto detrás de la luz para vender es traducir las emociones y sensaciones en ventas. Esto no será posible si el diseño de iluminación en los espacios comerciales no se realiza a través de un concepto y un objetivo centrado en generar experiencias de compra.
En marketing de retail es común que se recurra a diversos estímulos sensoriales para crear experiencias de compra que no solo se basan en la compra-venta, sino en contar historias que crean lazos emocionales con los clientes.
Así, la iluminación es un gran estímulo capaz de generar sensaciones de relajación, de alerta o recreación, que además influye de manera fisiológica en las personas. A través de la vista percibimos los materiales en los que se refleja la luz, así es como podemos ver los objetos u orientarnos dentro de un espacio.
Aunque no lo notemos, además de regular nuestros ciclos biológicos a través de la luz, los seres humanos también nos movemos y hacemos la gran mayoría de nuestras actividades guiados por el ritmo de la luz.
Te compartimos algunos principios de iluminación importantes que consideran la respuesta sensorial y emocional de las personas para generar experiencias de compra:
Este recurso es utilizado principalmente en tiendas pequeñas como boutiques, algunas mueblerías o joyerías. Al generar contraste de luces y sombras probablemente no destaquen todos los productos, pero se generarán jerarquías para que la tienda exhiba los productos que son objetos de deseo. Por otra parte, el contraste también genera una sensación de confort y relajación en las personas, generando un mejor estado de ánimo.
Respondiendo al sentido de contraste, la iluminación por capas también ayudará a generar jerarquías en el espacio y las estanterías. Al usar distintas fuentes de iluminación nos aseguramos de cumplir con los tres principios establecidos por Richard Kelly: luz para ver, luz para mirar y luz para contemplar. Con esta técnica también podemos implementar el concepto enfocado en la experiencia de compra de acuerdo al público y al lugar.
Dentro de un espacio comercial los productos que más llamarán la atención de las personas son los que se encuentren en estanterías verticales. En este mobiliario no solo es necesario contar con buena iluminación para facilitar la visibilidad de los productos, también se puede utilizar la iluminación vertical como una estrategia para guiar a los usuarios y dirigir el recorrido que queremos que realicen dentro de la tienda.
Implementar sistemas de control en los espacios comerciales permite que la vivencia del público sea mucho más personalizada. Además de generar un mayor ahorro energético o definir zonas en el espacio a través de la luz, el control puede funcionar en departamentos o tiendas especializadas donde el cliente tendrá una mayor cercanía con la fuente luminosa, como es el caso de tiendas de maquillaje, tiendas de lentes o mueblerías.
La iluminación no solamente es funcional. Algunos espacios comerciales han comenzado a recurrir al arte lumínico para vestir fachadas o crear instalaciones que atraigan la atención de los visitantes y reafirmen la identidad de la marca.
Actualmente, la experiencia de compra podrá ser tan placentera, práctica, estresante o relajante como el diseño interior y la iluminación lo permitan. Generar un ambiente agradable y acorde a la marca será la clave para que la experiencia sea memorable y el cliente siempre quiera regresar.